Etapa 5: Pobeña – Bareyo

Cantabria nos recibe con sol.

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10 de agosto de 2021. 63 km / 916 m+

Salimos de Pobeña costeando por la Vía Verde y llega el momento de decir adiós a Euskadi y a sus maravillosos paisajes, sus amigables gentes y sus ricos pintxos de tortilla de patata cuyo sabor sigo recordando meses después. Han sido 4 etapas que, a pesar de su dureza, nos han encantado y no nos hubiese importado pasar unos cuantos días más por allí. En Euskadi es donde he comenzado con mucha ilusión esta aventura que llevaba tiempo planeando y a esta tierra le estoy agradecida por todo lo que me llevo de ella, los recuerdos que ya son míos y conmigo se quedarán para siempre.

Adiós Euskadi

Tras una pequeña despedida, me paro a hacer unas fotos en el cartel que nos da la bienvenida a Cantabria. Estoy segura de que aquí también nos esperan muchas experiencias igual de buenas que las vividas en Euskadi por lo que el cambio de comunidad autónoma lo afronto con ilusión.
Mientras estoy parada, se acerca una pareja de bicigrinos que viajaban con su bebé el cual iba en un remolque arrastrado por el padre. Charlamos un rato y me cuentan que son belgas y que salieron de Zaragoza hace semanas para hacer el Camino Francés y que, al llegar a Santiago, decidieron volver por el Camino del Norte. No puedo ocultarles mi admiración conociendo el desnivel de la ruta y viendo cómo iban de cargados con todo el equipaje y el remolque del niño. Se lo comento y ellos le quitan importancia, han elegido así sus vacaciones y están más que felices. Está claro que cuando hay algo que realmente te apasiona, los obstáculos se vuelven insignificantes. Antes de ponerme en marcha echo un vistazo a mi alrededor y lo que veo realmente me convence de que bien vale la pena cualquier esfuerzo para poder llegar aquí.

Hola Cantabria

Seguimos costeando por un precioso camino y llegamos a Mioño donde volvemos a coger una Vía Verde con un estrecho pero largo túnel que nos sorprende antes de entrar en Castro-Urdiales.

Estrecho túnel en la Vía Verde

Es hora de parar a tomar unos pintxos en la terraza del Bar Bitácora en pleno paseo marítimo. La zona estaba muy animada a esa hora y la playa al completo. Mientras esperábamos a que llegase mi amiga Ane que estaba pasando aquí unos días y así aprovechábamos para vernos un ratito, entablamos conversación con las chicas de la mesa de al lado que nos preguntaron curiosas al vernos con las bicis y las bolsas de viaje. Cuando les contamos lo que estábamos haciendo se sorprendieron y les encantó la idea. Quizás con el tiempo se animen y se decidan por hacer algo similar. Me gustó mucho cambiar impresiones con esas tres mujeres, su curiosidad, sus preguntas y sus historias de viajes realizados y por realizar. Estaba claro que ese era el día de conocer gente interesante.
Tras despedirnos de Ane y de nuestras nuevas amigas, continuamos por la playa rumbo a la zona de la iglesia y el castillo. Castro es una población muy bonita con un paseo marítimo lleno de casas señoriales, un puerto y un casco histórico que merecen la pena visitar.

Puerto de Castro-Urdiales

Antes de salir de la ciudad, nos encontramos una pequeña playa interior con una curiosa estatua que simulaba a una persona saltando desde las rocas.

Playa interior El Pedregal

Continuamos ruta por un hermoso paisaje costero con acantilados y vistosas playas. No nos libramos de las subidas y los repechos, pero poco a poco vamos haciendo el camino.

Al llegar al mirador de Islares lo que vemos nos deja con la boca abierta; hemos llegado con la marea baja y frente a nosotros se muestran las playas de las Arenillas y Oriñon unidas en una sola. Sorprende ver la ancha extensión de playa con el mar a lo lejos. Remontamos el Río Agüero y nos desviamos de la costa hacia el interior atravesando boscosos caminos entre montañas y algunos senderos pedregosos que nos devuelven a la costa antes de alcanzar la Sierra de la Vida y descender hacia Laredo por una empinada vereda rodeada de bonitas vistas.


En Laredo recorremos todo su paseo marítimo hasta llegar a la zona de la playa desde donde sale la barcaza que nos cruza a Santoña atravesando la Ría de Tetro y que solo funciona durante el verano. Mientras cruzamos, dejamos a la izquierda el Parque Natural de las Marismas de Santoña y en un visto y no visto, ya estamos en el otro lado.

Barcaza de Laredo a Santoña

Salimos de Santoña con la idea de dormir en el camping que hay en la playa de Berria pero desafortunadamente, cuando llegamos ya no quedan plazas por lo que continuamos camino hacia la zona de Noja donde hay más opciones. Antes de desviarnos de la carretera principal, paramos para llamar y asegurarnos así el no hacer kilómetros en balde pues ya íbamos cansadas y no queríamos alargar la ruta mucho más. Y fue todo un acierto porque todos los sitios a donde llamábamos, estaban completos. Continuamos hasta Arnuero donde volvimos a hacer el enésimo intento infructuoso. Afortunadamente, en Bareyo encontramos sitio para acampar en el Camping Los Molinos (www.campinglosmolinos.com) aunque tuvimos que llorarles un poco dando grandes muestras de cansancio y desesperación ya que en un principio, el camping estaba lleno y no había plaza para nosotras. Tras rebuscar un poco alguna parcela libre, por fin pudimos montar la tienda y descansar tras un precioso día en el Camino.

Camping Los Molinos de Bareyo
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