Etapa 19: Melides – Vila Nova de Milfontes

Hoy he dormido genial. No sé si es porque la tienda estaba colocada en un lugar bastante al refugio del viento, porque ha hecho menos frío o si simplemente es que estaba más cansada que otros días, pero el caso es que he recuperado todas las fuerzas para seguir. Me he levantado temprano y he desayunado en la tienda algo de pan con queso, chocolate y un Rooibos. ¡Lista para comenzar el día!
Comienzo otra vez con caminos de arena, pero hoy se puede rodar bien y poco a poco voy avanzando por unos bonitos bosques de pinos y eucaliptos. Con la humedad de la mañana, todo huele genial.

No dejan de llamarme la atención la cantidad de alcornoques pelados que hay por todas partes y más aún cuando leo en la guía que los árboles deben tener entre 20 y 30 años para poder hacerles el primer descorche, que luego hay que esperar 9 años para el segundo y que solo a partir del tercero, el corcho es apto para su utilización.

Sigo avanzando por una pequeña carretera que me está encantando y, en mitad de ninguna parte, veo una casita con su peludo inquilino dentro mirándome muy fijamente.

Cuando llego a Santiago do Cacém me encuentro con un precioso casco histórico de estrechas callejuelas adoquinadas y muy empinadas que, no sin esfuerzo, me llevan hasta el castillo. El conjunto es muy bonito y merece la pena el esfuerzo de la subida. Como curiosidad, dentro del castillo se encuentra el cementerio de la localidad.

Es aquí en el castillo donde me encuentro por primera vez con los paneles de información y las indicaciones de las rutas Vicentina y Algarviana con sus señales de color blanco, rojo y amarillo. Desde Santiago do Cacém hasta el Cabo de San Vicente iré rodando alternativamente por una y otra además de por la ya conocida Eurovelo 1.

A la salida del pueblo, tengo dos opciones para llegar a Paiol, una que va a lo largo de 11 km por un pequeño camino muy solitario y otra por la nacional con poco tráfico y atravesando bonitos alcornocales. Me decanto por la primera y me alegro mucho de haber tomado esta decisión pues estos 11 km han comprendido una de las partes más bonitas que he recorrido en todo el viaje.

Después de tanto disfrutar por el interior, vuelvo a la costa que me sorprende con la bonita playa de Morgavel. Al fondo a la derecha se ve Sines, una ciudad por la que he evitado pasar ya que tiene fama de ser muy industrial con grandes refinerías y una central termoeléctrica que no la hacen nada atractiva.

Mi ruta sigue hacia el sur costeando durante un rato por la Eurovelo y disfrutando de las bonitas calas que me voy encontrando por el camino.

Pasado Porto Covo vuelvo al interior por carreteras salpicadas de casas pintadas con los típicos colores de la zona, el blanco y al azul, que las hace tan bonitas y características.

A la entrada de Vila Nova de Milfontes encuentro el camping donde pasaré la noche (www.campingmilfontes.com). Como hoy he parado bastante tiempo en Santiago do Cacém para visitar sus calles y el castillo, se me hace algo tarde por lo que me voy directa a comprar la cena y me instalo antes de que la noche se me eche encima. Todavía me quedan muchas cosas por hacer antes de meterme en el saco a dormir así que procuro no entretenerme mucho en el pueblo y, tras montar el campamento y darme una ducha,  me preparo la cena y estudio la ruta del día siguiente.