Asturias nos sorprende.
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Asturias nos sorprende.
Nos levantamos frescas como rosas después de haber pasado la noche durmiendo en nuestras cómodas camas. No podrían decir lo mismo los innumerables peregrinos a los que escuchamos pasar junto al hotel ya bien adentrada la noche, viéndose obligados a continuar camino al no encontrar ninguna plaza de alojamiento disponible por los alrededores.
Después de desayunar y recoger nuestras cosas, salimos de San Vicente de la Barquera por una pequeña carretera muy bonita que se va metiendo entre bosques y que finalmente nos deja en una pista que, debido a la lluvia que no ha parado de caer en toda la noche, está bastante embarrada.
Llegamos a la localidad de Unquera donde es hora de decir adiós a Cantabria. La ría de Tina Mayor, desembocadura del río Deva, hace de frontera natural con Asturias y sobre su puente, se marca el cambio de provincia.
Bustio es el primer pueblo que nos encontramos nada más poner la rueda en Asturias y nos recibe con la empinada “Cuesta del Cantu”, un estrecho camino enlosado que llega a tener un 24% de pendiente y donde se salvan 100 m de desnivel en apenas un kilómetro. ¡Cómo nos recibe Asturias!
Durante la mayor parte de la ruta de hoy vamos a ir pegadas a la costa por lo que nos van a acompañar privilegiadas vistas a lo largo de todo el día. Además, una senda costera acondicionada en algunos tramos con gravilla y otros con losas, nos va a facilitar el camino. Eso sí, los repechos con fuertes pendientes no nos los va a perdonar nadie. Así llegamos a playas tan bonitas como las de Buelna y Pendueles.
Pasado Vidiago, si se continúa por la senda costera, se llega a una zona de oquedades en las rocas donde los días de temporal, el agua del mar sale a presión disparada como géiseres. Lamentablemente nosotras llegamos con el mar bastante calmado por lo que nos tuvimos que conformar con escuchar algún que otro bramido sin más.
La ruta es muy bonita y va trascurriendo por pequeños caminos entre acantilados y frondosos bosques atravesados de estrechos riachuelos para llegar, tras una muy empinada bajada, hasta el puente sobre el río Purón.
Después de unos fuertes repechos, llegamos hasta el Mirador de La Boriza que nos sorprende con las espléndidas vistas de las playas de Andrín y Ballota.
Pero todavía no se ha acabado el día y hasta llegar a nuestro destino, vamos a continuar regalándonos la vista con sorprendentes lugares como, a la entrada de Llanes, la singular playa de Toró y sus formaciones rocosas emergiendo de la arena, o la pequeña y bonita playa El Portillu situada a apenas un par de kilómetros de Celorio, donde pondremos fin a nuestra etapa de hoy.
Hoy tenemos más suerte con el alojamiento y rápidamente encontramos sitio en el Camping Playa de Troenzo (www.campingtroenzo.com) que además, se sitúa frente a unos invernaderos donde tienen un puesto de venta de fruta y verdura que es justo lo que necesitamos tras un día en bicicleta por el Camino de Santiago.