Del Faro de Ajo al de Cabo Mayor.
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Del Faro de Ajo al de Cabo Mayor.
Salimos del camping de Bareyo con la intención de, en Ajo, tomar un desvío hasta el cabo del mismo nombre donde se encuentra este bonito faro que fue pintado por Okuda, un pintor, escultor y diseñador especializado en arte urbano. La visita bien merece la pena y la iniciativa que tuvo el Ayuntamiento de Bareyo para atraer turistas, fue sin duda todo un acierto.
Terminada la visita, continuamos camino y en Galizano, tomamos una variante costera que nos regaló unas preciosas vistas de las Playas de Galizano y Langre.
Todo el camino hasta Antena lo hicimos rodando sobre los acantilados, recorriendo pequeños caminos que nos llevaron hasta unas piscinas naturales con las aguas totalmente en calma en contraste con, a solo unos metros, el mar abierto repleto de olas.
Pasado Antena, encontramos otra preciosa playa, la de los Tranquilos, y es que toda la costa es así de bonita con una playa detrás de otra, cada cual más espectacular.
Enseguida llegamos a Somo, localidad muy surfera, donde teníamos que tomar el ferry para cruzar hasta Santander. Si no se quiere ir en barco, se puede optar por seguir la ruta que rodea la ría, pero se da un gran rodeo y el paseo en barco es muy agradable.
A estas embarcaciones se les conoce con el nombre de “pedreñeras”, cruzan la bahía en 25 minutos y funcionan todo el año.
Una vez en Santander, nos acercamos a la bonita playa de la Magdalena desde donde intentamos seguir bordeando la costa hacia el barrio de Cueto, pero nos fue imposible ya que había que atravesar la playa por la arena con las bicis cargadas, lo que se nos hacía inviable. Tuvimos que optar por otra ruta atravesando la ciudad hasta el Camping Cabo Mayor (www.cabomayor.com), donde pasamos la noche. Antes de cenar, nos acercamos dando un paseo hasta el Faro Cabo Mayor donde nos encontramos unos impresionantes acantilados de 50 m de altura que se podían recorrer por pequeñas sendas marcadas. Es un sitio muy bonito donde, además de caminar y soltar piernas, te puedes quedar a cenar en el bar que hay junto al faro, disfrutando de unas preciosas vistas. Esa tarde en concreto, estaban todas las mesas llenas y con lista de espera, por lo que preferimos volver al camping y cenar allí.