Bajo un sol abrasador.
[lwptoc]
Bajo un sol abrasador.
Apenas había amanecido y el sol ya calentaba de lo lindo. Hoy tenía una etapa larga por delante y las previsiones de calor extremo no eran nada halagüeñas.
Antes de ponerme en marcha paré en un banco frente al Adriático para tomarme el desayuno que había comprado en una “pekara” (pastelería) con vistas a lo que parecía un espejo.
Una vez en ruta, a los pocos kilómetros tuve que parar a cambiar la pila de la maneta. Ahora ya estaba completamente prevenida del problema que arrastraba y tenía muy asumido que, mínimo hasta Eslovenia, a falta de tiendas de bicis, no podría hacer nada más que ir cambiando la pila cada mañana.
Llegué a Solin, antigua Salona, y sus ruinas. Esta ciudad fue la capital de Dalmacia y el lugar de nacimiento del emperador Diocleciano.
Durante unos kilómetros, que además coincidieron con las horas de más calor, el camino se volvió imposible de ciclar y me tocó empujar bici. Lo único que me apetecía era parar y meterme en el mar incluso con la ropa puesta.
Durante un buen tramo no encontré ni una sombra y sentía que me estaba asando como un pollo al horno.
A lo largo del camino hay infinidad de sitios interesantes donde pararse a hacer una visita. Uno de ellos es la preciosa Rogoznica.
Finalmente, y tras unos muy sufridos 89 km de temperaturas extremas, llegué al camping Jasenovo (www.jasenovo.hr), donde planté el campamento. Aprovechando que estaba junto a la playa, antes de cualquier otra cosa me cambié y fui a meterme en el agua para refrescarme y recuperarme de ese largo día bajo el sol.
La puesta de sol en Zaboric fue de gran belleza y calma, lo que me ayudó a recuperar una buena dosis de energía antes de irme a descansar y terminar el día.